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ESPACIO DE MEDITACIÓN

 

CONCURSO INTERNACIONAL PARA

ESTUDIANTES DE ARQUITECTURA

Año de proyecto: 2015

Colaboración: Abraham Torrivila

La propuesta parte del deseo de concebir un espacio íntimo de encuentro consigo mismo, sin romper el vínculo con el entorno natural. La intención es generar una superficie continua que envuelva y resguarde, tanto al espacio como al usuario, invitando a una experiencia introspectiva y sensorial.

 

Inspirados por formas orgánicas, recurrimos a la bolsa amniótica como metáfora de protección y contención. Desde allí, la geometría evoluciona hacia una espiral logarítmica —presente en la concha del caracol—, una figura derivada de la secuencia de Fibonacci que sugiere recogimiento, movimiento y fluidez.

 

Esta espiral se convierte en el trazado base de una envolvente permeable, que define un límite difuso entre el interior y el exterior. La estructura está compuesta por anillos metálicos (en piso y techo) vinculados mediante tubos verticales que tensionan el conjunto, configurando un sistema liviano pero estable.

 

Sobre esta estructura se ensambla una piel formada por tubos de PVC, montados mediante piezas de anclaje que facilitan su ensamblaje, modificación o retiro. Esta envolvente puede adaptarse a distintas densidades, regulando el grado de apertura según el nivel de exposición o recogimiento deseado por el usuario. De este modo, la arquitectura responde a las condiciones ambientales y emocionales del momento.

Más que un objeto arquitectónico, esta pieza se plantea como un dispositivo de introspección: una arquitectura mínima, sensible, adaptable y abierta al ritual de habitar el silencio.

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